Las voces altas de las mezquitas
Despiertan muchas almas dormidas
Para conversar con el Todopoderoso
Cuando el sol está a punto de llegar.
Los toques de campana de las iglesias
Llaman todas las almas que tienen hambre
Para asistir a la fiesta divina de madrugada
Cuando la tierra espera la virgen luz de sol.
Éstas son las señales fijas de todas madrugadas
En la tierra donde el cielo recibe odas cada día,
En el océano donde un velero respeta los otros,
En el mismo oasis donde beben varias caravanas.
Jogjakarta, 9 de agosto de 2004
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