Se hace tarde ya.
Repentinamente caen las sombras
Pero no me sorprende ni entristece
La cercanía de la noche.
El amanecer fue lento en su avance.
El mediodía esplendoroso, ardiente
Deslumbrante y veloz.
Luego fue disminuyendo la luz cegadora
Como si la catarata del tiempo
Lo fuera opacando poco a poco.
Llegó el crepúsculo maravilloso
Y se adueñó de todo prontamente…
Ha sido tan hermoso
Que querría verlo surgir de nuevo
Con sus ópalos y violetas teñidos
De oro y grana.
¿Se ha detenido más de la cuenta
Para que yo le siga viendo?
Cuánto tiempo más durará
Alejando la noche y continuar luciendo
Sus increíbles carmines y azulosos púrpuras?
El crepúsculo sigue todavía
Pero la noche extiende ya casi
Su brazo poderoso.
Se hace tarde a pesar de los fulgores
Y sorpresivos destellos.
Pero yo no estoy triste ni sufro pesadumbre
Por la cercanía oscura que vislumbro
Cuando la noche llegue, inevitable,
Yo estaré dormida.