La luz pristima del pensamiento como en un ruego, me invita a rezar en el lago liviano y lento del sentimiento humano.
En un lugar lejano, remo por entre pastos y polos opuestos, para con una pluma hacer un ramillete de Rimas y Relatos, donde tenga lugar todo lo trivial
Tu pelo rojo, esa rama de almendro florecido, el lucro y su afán, las lacras humanas, como esos cuatro jinetes…
Y lego mis logros, si logros son, a quien leer los quiera a cambio de una pista que me indique por que Roma cayo. “8 de octubre de 1996
(1 votes, average: 5.00 out of 5)
Versos similares:
- Coro de madres en roma Nosotras todas éramos piedades con los hijos adultos en los brazos y los ojos velados por la pena. Llegaron de repente los turistas, sus fotos […]...
- Invierno tardío No es increíble cuanto ven mis ojos: nieva sobre el almendro florido, nieva sobre la nieve. Este invierno mi ánimo es como primavera temprana, es […]...
- Canción segunda Van cuatro jinetes por la lejanía. Largas capas negras, negras sombras íntimas. (Si yo me alejara, ¿tú me olvidarías?) Se oscurece el campo bajo la […]...
- Soneto i Como quien boga contra la corriente, Aun comprendiendo que su afán es vano, Y el remo se le cae de la mano Y se siente […]...
- Pour toi Estoy de ti florecido Como los tiestos de rosas, Estoy de ti floreciendo De tus cosas… Menudo limo de amores Abona mis noches tuyas Y […]...
- Décimocuarta poesía vertical (96) (póstumo) Versión simple del mundo: el lugar que encontramos. Versión más ajustada: el lugar que dejamos. Versión perfeccionada: el lugar para buscar otro mundo. Versión casi […]...
- Variante de una canción antigua En el tronco de un árbol voy a grabar tu nombre Pero con mi capricho, vulgarmente galante, Dejaré satisfecha mi vanidad de hombre, Acaso más […]...
- De la plegaria y el almendro No hay manoalguna escribiendo y sin embargo Un sobre rugoso es marcado con los datos De la plegaria y el almendro El afán de la […]...
- Me abraza entre sus cuervos la llovizna Hay este jueves en mi sangre un retorno al almendro en cuyas hojas aún fondean sin mí las carabelas, la Virgen sobre el agua, reverdecidos […]...
- Álvaro Sólo claro el afán. PEDRO SALINAS Esta noche la luna muestra tan sólo Nostalgia de cristal quebrado, Brillos que celan los ojos Con estela fugaz […]...
- Nana del niño malo ¡A la mar, si no duermes, que viene el viento! Ya en las grutas marinas ladran sus perros. ¡Si no duermes, al monte! Vienen el […]...
- Jinetes Bajo una vieja casa De impecables paredes Tabanco y azogue La lengua del cielo Como una vieja isla Tartamudeando en su nocturno secreto Mientras al […]...
- La ardilla En el hayedo, sobre la cruz de un árbol salta una ardilla y me parecen propias y conforme a la naturaleza sus movilidades y afán […]...
- Habanera yo Soy otra vez muchacha en el invierno y nadie me regala una gardenia. Pero el regreso de mis lunas ahíjo taciturna del fondo de la […]...
- Décimocuarta poesía vertical (88) (póstumo) Hay que llegar a no escribir un verso y ceder su lugar a algo que lo necesite más. ¿Pero habrá algo que mecesite más que […]...
- A mí la vida me lleva A mí la vida me lleva y no me gusta. Estar eternamente anclado al horizonte bajo el canto tórrido de sirenas tartamudas. Lápidas que me […]...
- Viii (ceremonia) A veces se me inclina De tanta primavera el corazón, Del mucho bregar A todo pétalo. Y se me cansa La noche Sobre el hombro. […]...
- Ni donde viviré por largos años Ni donde viviré por largos años, ciudad prometida primavera, ni donde amante amor aguarda. Atravesando la tierra, la temerosa rueda, quizá un árbol florecido pueda […]...
- El verde almendro en flor de tu mirada El verde almendro en flor de tu mirada en flor de gozo y luz cambia la muerta balada de la dicha recubierta por nuestra mejor […]...
- Eufemismo Es tan terrible decir que te he olvidado que digo que tengo algodón en la memoria, para que creas al menos que tu recuerdo me […]...
- Cancion que te hizo dormir La noche del mundo: ¡qué largos cabellos!… Los suelta en la torre, La torre del viento. Los peina en el valle, Los trenza en el […]...
- Almendro mío Mi padre plantó un almendro. Y dijo que era mío. Lo vi crecer. Como mi padre a mí. Asistí emocionado a su primera floración. En […]...
- La voz, como lluvia La voz, como lluvia de plata para dejarte entrever los delicados amores que mantiene desde hace siglos, la luna crecida de abril con el ámbar […]...
- La historia de nosotros no tiene límites La historia de nosotros no tiene límites Puede fijarse en el grano de arena O derramarse como la tarde En Normandía Donde Rodrigo juega en […]...
- Sonetos corporales (i) Lloraba recio, golpeando, oscuro, las humanas paredes sin salida. Para marcarlo de una sacudida, Lo esperaba la luz fuera del muro. Grito en la entraña […]...
- Las estrellas ¿Quién dice que los hombres nos parecen, Desde la soledad del firmamento, Átomos agitados por el viento, Gusanos que se arrastran y perecen? ¡No! Sus […]...
- He encontrado el lugar justo He encontrado el lugar justo donde se ponen las manos, a la vez mayor y menor que ellas mismas. He encontrado el lugar donde las […]...
- Sólo el afán de un náufrago podría Sólo el afán de un náufrago podría. José Martí Sólo el afán de un náufrago podría remontar este infierno que aborrezco. Crece mi furia y […]...
- La escena tan temida La escena tan temida – finalmente – está teniendo lugar. Allí, siempre, del otro lado. No hay justicia poética. ¿Quién narra, si la hay? ¿O […]...
- Lo más difícil de contar No encuentro resignación en la fe, ni en la alegría de los alimentos litúrgicos. Morirse es fácil y lamentar lo inevitable puede ser una banalidad […]...