Desconocía quién era
Aquel rostro congelado,
Espectral, sombrío
Dolorosamente equívoco.
Era preciso desvanecerlo
En su música líquida.
Enterrar definitivamente
Su corteza amarga.
Si no eran los suyos,
¿con qué ojos veía?
Miraba oscuro,
Lleno todo de pájaros.
¿Por qué era suyo ese bulto,
Esa carne inversa, tan falsa?
Agazapado en el cristal,
¿estaría allí para siempre?