der wirst wieder er
Paul Celan
Recuerdo que una vez (la muerte se había ido)
te escondiste en mí. ¿No has vuelto a preguntarte
quién soy? Densos como un perfume
nos disolvimos en el aire; nada
pudo evitarlo; al fondo,
un mar, sus piedras impasibles.
¿Era ésa la imagen que veían tus
ojos? ¿Un mundo al que pertenecer?
Abolido en el agua de la
superficie, ni siquiera el sueño
te reabsorbió. ¿Creíste en él? La fuga
no destruye, ya ves, se aduerme en los confines,
con naturalidad, luego te alcanza
de nuevo y corre hacia las cimas
donde no hay grietas, sino exceso de
luz, y así, con alas de buscar reposo,
sola, entre las cenizas de quien fuera mi
carne, su inercia bajo tu temblor,
te reinstauras en mi cuerpo. Ven,
mira cómo mis manos te recorren,
cómo me empujan sin cesar, me adentran
sobre tu vientre, donde aterricé
como el que huye, con el desamparo
dando calor a troncos, a raíces
que nunca imaginaste para ti. Ni yo.