Por el filo del cortejo

La muerte es un mundo, no sólo palabra.

Difícil su existencia vestida de vida.

Esta experiencia nos da una lección final:

Volver al vacío, borrarnos, fundar otro vocablo.

Ella se deja ver entre la argamasa del secreto:

Legión insomne de sueños. Ramas de luz invertidas;

Antiforma hilando surcos parecidos al desconcierto.

La muerte me trae las raíces auscultas de la memoria:

Imágenes de las cosas desprendidas de mí,

Palabras supurando desde la profundidad de las nubes,

Gangrena y agonía parecida a la historia

Y un sosiego perceptible por el filo del cortejo.

La muerte, transmutación o reminiscencia, no lo sé.

Me dice entre su hipnosis, aquello con vida;

Aquello extraviado por los intervalos de los puntos suspensivos.

La muerte tiene su propio oficio. Su propio mundo.

Su lenguaje. Su tipografía de abismos.

A mí no me queda más, siendo parte de mí, verla en indicativo:

Conjugarla en las propias redes del presente.


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Poema Por el filo del cortejo - André Cruchaga