Pones a palpitar las flores de mi vestido

Cuando la brisa de la memoria
trae tus brazos.

Cierro los ojos y mis escombros crujen
vuelven a gemir de nuevo las paredes
de nuestras viejas noches.

Otra vez asoma tu fantasma
por la puerta abierta del closet
y los mil tigres de tu sonrisa
atacan hambrientos mi osamenta.

De nuevo eres manantial sangriento
sol inclemente
en medio del desierto insomne.


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Poema Pones a palpitar las flores de mi vestido - Marta Sepúlveda Góngora