Las flores de zapallo corren por el aire

Las flores de zapallo corren por el aire y por la tierra como una enredadera de bengalas; mi madre las siega, las pone en el cesto; de pronto, se estremece, queda inmóvil; pero, huye hacia la casa; y pronto, un aroma a óleo y a almuerzo recorre la casa. Estoy sentada en el comedor, trazo mis deberes,-tendré que cruzar el campo, que ir a la escuela – los platitos y las tacitas, en línea, como calaveras de nenas recién nacidas.
Surge un diablo; se para a mi lado. Mi madre – desde allá – nota que hay algo extraño entre las paredes; acude; él se oculta; ella va hacia el jardín, dice algo por disimular; luego arriesga: “- Creo que aquellos están otra vez; hoy vi uno en el zapallar”.
Yo nada digo; ella vuelve a su fuego y a sus flores. Él surge de nuevo, se para a mi lado – es oscuro, hermoso, alto casi como un hombre-; me mira, me dice que me quiere, que va a ir conmigo por el campo.


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Poema Las flores de zapallo corren por el aire - Marosa Di Giorgio