Te doy un poema circunscrito para abarcarte toda.
Con el alma izada como compás
Partiré de la intersección de tus labios y los míos.
Al ángulo formado por tus brazos y tu corazón
Circunscribiré un satinado beso curvo/ que circule/
Y llegue al mismo punto inicial de mis labios.
El trilátero formado por tus laderas y tu talle también será circunscrito.
Luego/ por aproximaciones sucesivas/
Convergiré hasta tu mismo centro.
Entonces, y sólo entonces/
Habré dibujado/ completa y ávidamente/
Toda tu geometría.