Y como si la vida
No fuera más que un juego de palabras,
Anduvimos un tiempo sobre la superficie leve de las cosas,
Sin tomarnos en serio,
A lomos de una risa y de unos libros,
Como una fresca espuma de champán.
Dame la mano, niña,
Y entremos en el Bosque de las Hadas
Donde todo tendrá su consecuencia.
Aleluya al buen Dios de las cosas reales,
Más duras y cortantes que el acero,
Más frías que la aurora, y aún más bellas.