Pension arcadia

La muerte toca el timbre
Y nadie le responde.
Adentro, un hombre contesta
Una llamada equivocada.
Aquí vienen a morir algunos.
Sin nombre apenas, desligados
De familia, solitarios,
Jugando al póker o a las damas.
La muerte se pasea con un leve roce de faldas sobre el piso.
Aquí no muere nadie.
Aquí Dios se desterró bajo el rostro
De un hombre joven o de aquel anciano
Casi transparente. Una tos, un agudo
Golpe de pecho, una ínfima gota de sangre
Sobre el sucio pañuelo, indican
La hora señalada. Un anónimo pensionista
Llama a cobrar a un número secreto.
Aquí no muere nadie. A cara o cruz se escoge
La salida. A golpe de sordina abren la puerta.


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Poema Pension arcadia - Alfonso Chase