Oda dÉcima

Inocencia, ¿qué guardan tus armiños o tus nieves?,
¿qué imanada frescura callan tus jugos vivos,
Para que seas deseada por la boca
Del secreto vampiro de las cosas?,
¿qué flor confía en tus latidos,
Corazón de niño, para que el homicida
No pueda soportarla?,
Jazmín, jazmín puro, lucero de la mañana,
Rocío, arcoiris, ¿por qué tu gracia
Lo entristece tanto?,
¿a dónde se dirigen tus lúcidos vapores
Cuando los perros rabiosos de la demencia
Se atreven a estrujarla
Con espumeantes dientes?
¿por qué tus praderas, tus playas,
La suave sombra de tus robles
Pueden matar al esclavo?,
¿qué miedo inspira la tímida gacela de la ternura,
Para que el orgulloso
La arroje con su látigo a las ásperas calles,
Y deba cruzar sola laberintos oscuros
Por haberse acercado a lamer
El sagrado sitial del incólume juez?,
Corazones sin noche,
¿por qué dejaros desiertos como piedras?,
¿qué reptil en silencio devora nuestras sangres,
Como la tibia leche de las humildes vacas,
Mientras dormís sin cuidado
En lechos blancos?,
No la casta azucena de los puros
Para existir las busca,
Sino un nombre sin nombre,
De agujero, de gris, de vacío, de hiel,
Una sombra de nombre.


1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (1 votes, average: 5.00 out of 5)

Poema Oda dÉcima - Orfila Bardesio