Yo no nací sino para quereros.
Gracilazo de la Vega
Cercado por los años
Que el porvenir me angostan,
Me llegas como el último
Refugio de la dicha.
Eres la luminaria
Que esperaba en mis noches
Solitarias y densas como lóbrego erial.
Eres tú el asidero
Que encontré en mis naufragios;
Eres también albergue
De mi postrer ahínco
Y mi postrera búsqueda.