Tal vez no hay un silencio más sereno que el tuyo:
vocablos que escaparon de tus sueños inciertos.
Tienes pocos recintos para explicar la vida,
tus palabras se agotan (manantial de ciudades)
y se pudren (manzanas negras y abandonadas).
No se puede decir que el mundo está girando,
no puedes hacer más de lo que ahora haces
pues no eres superior a lo que puedes.
Compra un hermoso cactus, adorna tu florero,
un cuchillo de nubes que corte serpentinas,
una cuchara grande que refleje la luna;
adquiere un corcel verde para volar al cielo
y finge ser un ángel que supo enamorarse
y no se ha arrepentido.
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