Me llamas en el viento

Amiga, cuando quieras me llamas en el viento
Porque tú y yo nacimos para estar a distancia.
Mi soledad no espera milagros venideros
Y mi silencio bulle cargado de nostalgias.
Como el agua del río socava el cauce abierto
A veces en el pecho se me abren hondas zanjas,
Profundas cicatrices de tantos sentimientos
Que dejan una pátina de ausencia en mis entrañas.
Encuentro mi consuelo deshilvanando el sueño
Y voy, sueño por sueño, cañada tras cañada,
Pastor incomprendido de un hato de silencios
Con una sed perdida de amor en la mirada.
Hoy, para acompañarme, desvelo tu recuerdo,
En esta noche hiriente regresas a mi casa
Y más allá del ansia que inquieta nuestros cuerpos
Te posas en mi frente con invisibles alas.
Tú sabes de la pena que no nos merecemos,
Que arrasa nuestro pecho como una llamarada,
De este quererlo todo, de este mirar tan lejos
Sin que jamás podamos trenzar nuestras dos ansias.
Tú tienes la sonrisa que aplaca el desconsuelo
Y sabes del consuelo para la mano hermana.
Por eso, aunque es de noche, velando tu recuerdo,
Recuerdo que tú eres mi amiga, y mi nostalgia
Madura en los trigales cansados de mi verso
Para que cuando quieras, comas del pan de mi alma.


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Poema Me llamas en el viento - Jorge Antonio Dore