Me eché de nuevo al sucio lagrimeo,
Ante la carne trasportando vellosidades
También gotosas, pávidas
Del sino que ya no viene
Y del que vendrá.
Esta solitud resuena,
Se silba, suena,
Aunque unos se hagan los locos,
Aunque entre y salga y vuelva a entrar,
Aunque salga y entre y así.
Tiembla, entonces,
Un llorón mojado de regarse en sal,
Sucio, aguado, con lo velloso al aire.