Es una extraña mañana que prefiere tenerme meditabundo
Tal vez sea el asomo frío de un frente
Con su toque grisáceo y sutil llovizna
Puede ser que el agotamiento constante
Apremie un descanso oportuno
Hasta quiere menguarme el mensaje reciente de un ser querido
Que persiste, como la llovizna, en remover
Sólo el lado oscuro que puede y tenga este día gris
Pero no,
El ayer nocturno me traía estos versos :
lo divino no tiene edad
no tiene lugar
no tiene dueño
Me inserto en este susurro que también quiere jugar su parábola
Y así, presto a continuar
Hoy no quiero pensar mucho
Porque, en ocasiones
Tú me pones triste.