Los que se casan con trajes alquilados,
Desmemoriados,
Olvidados
De que dentro de dos días
Tanto principesco telar,
Acompañado de la gárrula tarde
Y de lágrimas aducidas al final,
Debe estar devuelto, lo menos ajado posible
(El anuncio compartía una enorme pared
Con un letrero absurdo, ¡y sin embargo!);
Y recordando en cambio, sin duda,
Que en cinco, seis horas yacerán gloriosos,
Avanzan incorruptibles, pálidos
Como guantes.
Ella,
Difícil y vigilada;
Y él,
Feliz, aunque no pudieron del todo arreglarle
La espalda, y el hombro le tira un poco.
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