Los padres del limbo

CORO
¡Oh! cuanto padece
De afanes cercada,
Merced al engaño de fiero enemigo,
En largo castigo la prole de Adán.

¡Oh!, vuelva a nosotros la luz deseada,
Y dé sus promesas el cielo cumplidas,
Que ya repetidas en sombras están.

VOZ 1ª
¿Cuando, señor, la esclavitud y el llanto
Cesará de Israel? Llegando el día
En que aparezca el vencedor, el santo,
El que rompa la barbara cadena
Que en servidumbre impía
Lleva tu pueblo. El hombre inobediente
Perdió de Edén la habitación serena:
Espada refulgente
Vibró en sus puertas Serafín airado,
Y a la inocencia sucedió el pecado
Mas no de tus piedades
Pudo la culpa humana
El raudal extinguir, que es infinito,
Y tú, señor, el numen poderoso
Que goza en perdonar. Tu soberana
Diestra sepulta montes y ciudades,
En abismo profundo
De universal diluvio proceloso,
Que de los hombres castigó el delito;
Pero diste a la tierra Adán segundo,
Grato admitiste su obediente celo
Y sus ofrendas puras,
Y el iris de la paz brilló en el cielo.
Si en el Egipto ardiente
Padece servidumbre
La estirpe de Jacob, tú la aseguras
En la fuga que intenta portentosa,
Tú disipas la fiera muchedumbre
Que la persigue en vano.
Abre su centro el mar, y en espumosa
Tumba sepulta al pertinaz tirano,
Sus carros y caballos precipita:
Das a tu pueblo, sin lidiar, victoria,
Y al estruendo del tímpano sonante
Himnos te canta de alabanza y gloria.

VOZ 2ª
Mucho, señor, hiciste;
Y prometiste más. Debe la tierra
Ver un caudillo, en venturoso día,
Que los furores de discordia y guerra
Calme, y en alegría
De amor y dulce paz domine eterno.
Las puertas del Averno
Cederán a su voz omnipotente:
Quebrantará las bóvedas obscuras,
Huyendo el monstruo que se esconde en ellas,
Abrasada la frente
Con rayo vengador. El poderoso,
El grande, el hijo de David, las puras
Auras rompiendo, llevará sus huellas
Adonde el astro de la luz preside,
Y mas allá del sol: acompañado
De la turba de justos numerosa,
Que los caminos de virtud siguieron,
Y del primer pecado
Sufren la pena en cárcel pavorosa.

CORO
Huyan los años en rápido vuelo,
Goce la tierra durable consuelo,
Mire a los hombres piadoso el señor.

VOZ 3ª
Ven, prometido
Jefe temido.
Ven, y triunfante
Lleva delante
Paz y victoria:
Llene tu gloria
De dicha el mundo,
Llega, segundo
Legislador.

CORO
Huyan los años con rápido vuelo,
Goce la tierra durable consuelo,
Mire, a los hombres piadoso el señor.


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Poema Los padres del limbo - Leandro Fernández de Moratín