Durante siglos los dorados listones
Observé la leyenda del álamo
Para ellos tallado recluido
Supe de la llanura virgen de alambrados
Y de las criaturas allí crecidas celestes
Cánticos venían a través de los maderos
Dudaban de ilusorios bienes
Y me alistaban en nóminas incoloras
Padres de la celdamarilla listones que remendaban
Los tímidos golpes al pavor el combate
De mis ojos cavilando los reversos de auroras
Atrasadas las áreas defectuosas
Donde un animal había logrado su alma perdurable
Frescos torrentes conocí valles ilesos
Con fulgores comestibles plataformas
De placeres encumbrados
Apartado todo lo reflexioné
Siempre al final la llanura: un trozo
De tierra: un hoyo
Y dentro aquella rota raíz antigua:
Lo fijo cercado hacia el arriba vano
Acaso la turbada leyenda
De que alguna vez
Fui álamo