Yo soy del barro indómito de España.
Corre una patria estricta por mis venas
Que es parca en trigo, pródiga en guadañas
Y enemiga solar de las cadenas.
Surcos hay en sus campos y en mi frente
Donde alguien sembró sal. Por eso habito
La soledad de España y de su grito,
Y odio al silencio que no es transparente.
De barro ibero soy… Barro infinito
Que va, como la muerte, de hombre en hombre
Y hasta de sangre en sangre algunas veces;
Barro que va del alma hasta las heces
Calcinando la voz del que lo nombre.
Barro soy de una España en paradoja
Donde a las mismas puertas de la usura,
Niños de ojos manchados de hambre roja
Hurgan en mi dolor y en la basura.
Tierra donde la ira es un ejemplo,
Donde la envidia está santificada,
Donde la espada es cruz, la cruz espada,
Donde aún hay mercaderes en el templo.
Tierra soy de una tierra condenada
A tener tantos muertos como palmos,
Barro de un pueblo que es fuego sonoro,
De un pueblo que a la muerte llama toro
Y confunde la guerra con los salmos.
Pueblo de alma a la vez cristiana y mora
Donde las penas son guitarras lentas,
Pueblo que canta y reza y ríe y llora
Y combate a cuchillo las tormentas.
Tierra donde la vid brota sombría
Sobre el yermo rebelde y abrasado,
Donde el sudor herrumbra hasta el arado,
Donde la espiga al sol de sed se hastía.
Tierra de rojo vino huracanado
Que desmorona espumas de tristeza;
Tierra de altos alcázares y escombros
Donde el hombre lleva sobre los hombros
Un corazón en vez de una cabeza.
¡Estoy hecho de España!… Un barro ibero
Navega por mi sangre, ata mis brazos,
Traspasa mi estructura por entero
Y estalla por mi boca hecha pedazos.
Barro solar, barro definitivo,
Barro que sueño y lloro y bebo y canto,
Barro cuya oleada duele tanto
Como la vida amarga en la que vivo.
Barro forjado en luz de húmedo llanto,
Inevitable barro de horma extraña
Que nubla mi garganta de alfileres…
Y de tanto gritar amaneceres,
Están roncas de luz mi voz y España.