a Pablo y Carla
A la espera en la mesa del mensaje que esperas
La tarde se te vuelve duradera
Y se duerme debajo ronroneando apegada
A las delgadas patas de la mesa
Es un perro pequeño, doméstico y leal
Vélale el sueño a él
Que un día ya despierto
–te advierto y es lo cierto–
Él velará los tuyos
Y no habrá más arrullo
Que el de ese perro fiel
Que cerca de las diez
Hoy se durmió contigo y a tus pies.