La imagen del Señor va llegando de lejos-
sobre la muchedumbre la figura resalta;
circuida por rayos de argentinos reflejos:
se acerca sobre hombres de la intrépida Salta.
Detrás, es como un río de vibrantes cortejos,
los ojos en la Cruz, que el entusiasmo exalta,
y ante la rendición de jóvenes y viejos,
la imagen luminosa nos parece más alta.
Sostienen sobre el Cristo, aurífera corona,
dos ángeles pequeños en actitud de alerta;
como atentos al ruego que hace cada persona-
por la sangre vertida, por la cruel llaga abierta,
y por todo el Calvario, las fervientes demandas-
mientras pasa el Señor, sobrellevado en andas.
.
Colaboración poema con voz: Juan Carlos Fustinoni
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