La piedra

En su duro letargo concentrada,
redonda, como el cráneo de un gigante,
la piedra en la vereda perfumada
es verruga enigmática y punzante.

Quieta, sintió la alegre carcajada,
y el temblor de la carne rozagante,
de la muchacha frágil y cansada
que llegó con el cántaro jadeante.

La piedra suda un ansia negra y blonda.
En lo profundo de su entraña honda
un sueño se arrebuja perezoso.

“¡Moisés, Moisés, la turba está sedienta;
tócame con tu vara, que revienta
el manantial de liquido precioso!”


1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (1 votes, average: 5.00 out of 5)

Poema La piedra - Luis Palés Matos