La noche se sujetaba con palmeras de sombras.
En el cielo enjambres de luz,
Mariposas de sueños, formaban arabescos.
La bahía, bandurria de agua y luz,
Brisa y sal,
Cantaba su eterna salmodia ola tras ola.
Plenilunio de marfil y galena.
Solitarios erráticos marcaban
Con aromas de alcohol su territorio
Sus pasos errabundos dejaban
Estelas de espuma en el asfalto.
Restos de antiguos naufragios
Se adivinaban en las rompientes
Cercanas a los tugurios portuarios.
En las farolas el viento
Jugaba a enredar sueños
Y etílicas quimeras.
Por los tejados
Maullaban los gatos de la soledad
Cantos de sirena fosforescentes
Te invitan a profanar paraisos de música y humo.
La luna juega al escondite inglés
Con las humanas miserias.
En el horizonte, luciérnagas urbanas
Parecían haber tomado tierra.
Es que la noche se sujetaba con palmeras de sombras.