La montaña

El encinar solloza. La hondonada
Que raja el monte, es una boca ingente
Por donde gira el bramador torrente
De furiosa melena desgreñada.

La piedra tiene acentos. Vibra cada
Roca, como una cuerda, intensamente,
Que en sus moles quedó perpetuamente
Del Génesis la voz petrificada.

Del hondo seno de granito escucha
Las voces, oh poeta. Clama el oro:
“¡Vive y goza, mortal!” El hierro: “¡Lucha!”

Mas oye, al par, sobre la altura inmensa,
Cantar en almo y perdurable coro
A las agudas cumbres: “¡Ora y piensa!”


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Poema La montaña - Manuel José Othón