La dÁdiva del poeta

Mil esperanzas que en tu amor se abrieron
Aquí guardadas en el alma están.
Dime, ¿tal vez para morir nacieron?
Dime, ¿infelices como yo serán?

¡Oh! no desdeñes por humilde, el ruego
Del que vive y respira para ti,
Que no hallarás quien con tan puro fuego
Te dé un amor como el que alimenta en mí.

Puede otro amante en homenaje darte
Riquezas mil y joyas de valor
Y con rico tocado engalanarte
Con perlas orientales brillador.

Yo, pobre trovador y sin fortuna
Un corazón de fuego te daré,
Y tu frente, modesta cual la luna,
Con joya de gran precio adornaré.

Doble corona de laurel y rosa
Arrebatando al genio creador,
Yo la pondré sobre tu frente hermosa,
Sobre tu frente pálida de amor.


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Poema La dÁdiva del poeta - Antonio García Gutierrez