Habitación de los niños

En la tiniebla está perdido el viejo
niño que se asustaba de lo oscuro:
era su soledad de miedo puro,
y a oscuras ni encontraba su reflejo

en el espejo de su dormitorio.
Un fantasma será: no duerme nunca,
y huye del sueño, de la vida trunca
de la noche sin fin, laboratorio

de oscuridad que anula lo disperso.
Con los ojos abiertos o cerrados
todo es lo mismo entonces, unos datos

en negro, iguales siempre. El universo
cabe en el niño a oscuras, y es igual
vida o muerte, de un mismo mineral.


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Poema Habitación de los niños - Justo Navarro