Glorias de la vida

¡Al fuego, cartas de adorados seres,
por quien la sangre derramé viviendo!
arded a impulsos de esa luz, y ardiendo,
con vos se extinga “mi fatal pasión.”
¡Ved cuál la gloria de sus dulces rasgos
se lleva el aire en fútiles despojos!
¡No su partida lamentéis, mis ojos;
que humo las glorias de la vida son!”
¡Al fuego, signos que sin fe trazaron
falsas mujeres que adoraba ciego!
Victoria, Octavia, Inés…¡al fuego! ¡al fuego!
¡Maldita sea “mi fatal pasión!”
“- ¡Nadie en el mundo como yo te adora!”
¡Arda a su vez la que tan bien mentía!
¡Ay! ¡quién, tal gloria al poseer, diría
“que humo las glorias de la vida son!”
¡Al fuego, enigmas de infernal sentido!
¡Digno sepulcro el desengaño os presta!
¡Cuán bien mi madre me alejaba en ésta
del torpe error de “mi fatal pasión!”
“¡Huye – dice – el amor, porque su gloria
es pacto vil de la ilusión de un día,
y al fin verás, alma del alma mía,
“que humo las glorias de la vida son!”


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Poema Glorias de la vida - Ramón de Campoamor