Habían jurado: hay un hogar intermedio piélago mar
O menos (ch)arco pertinente y lisiados trasportes
Que siendo líquidos no consiguen traspasar su estatura presa
En anclas diminutas remedo de enclenques medialunas
Lo habían recalcado a través de los límites descosidos
De la ciudad en ayunas nosotros oyendo y oyéndonos
Los dedos estiletes del rocío apuntando noche abajo
Donde las plumas aprenden a decir adiós sin moverse
Y sí habíamos oído finalmente nosotros los que bebimos
Sólo agrios zumos pontífices del apartamiento los sin
Alalguna y tristorcida periferia cual partida
De nacimiento ensayamos con los brazos tensados arriba
Lo que debió ser naturaire ligero elevación
Y escuchamos el mar sólo el mar el mar
O miedos llevándose juramentos y rutas figurando
Islas o anclas o quizás hombres oídos
Del lugar sin lugar bajo el rocío