Francisca

quien os ama bien sarrisca,
que si muere por tal dama
siempre bivirá su fama.

Yo os mando que digáys
de quántas soys servidor
para daros por traydor.

A traydoras, ser traydor,
pues no hay otro remedio
que a traydor, traydor y medio.

Por mostrar qué gesto hazéys,
reýos sin alegría
con una risada fría.

Vuestro amor anda tan frío
que, helando mi plazer,
el reýr frío ha de ser.

Yo os mando que digáys
de las gracias que soléys
y que vos os las riáys,
que solo las reyréys.

Yo haré lo acostumbrado,
vuestras gracias diziendo,
y ellas me han tan maltratado
que no quedaré riendo.

Buscaréys por estas damas
y diréys a Margarita:
vuestra gracia es infinita.


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Poema Francisca - Luis Milán