De engaño a engaño va la luz y no calla.
Da un salto la luz y es el vacío entre dos cuerpos.
Ese espacio iluminado recuerda a la permanencia
O a la necedad de querer ver y ser en la luz.
De engaño a engaño va la luz y no cesa.
Nada termina si no hay un límite oscuro.
Ese límite oscuro somos nosotros.
Flash.