( para P. A.. )
Dirás que las gaviotas
Con sus gritos de cuervos blancos
Son solo histéricas agoreras del cielo,
Persífones
Voladoras en las tardes de sol y humo,
Albaceas del tesoro perdido
De los peces.
Yo te diré
Que aún recuerdo la sangre
Que fui dejando amontonada y seca
En los divanes de la noche,
Que tengo el mar
Oculto tras los ojos vigías del dolor
Que irrumpe y desnuda
La mirada
Cómplice
De los atardeceres ungidos de poniente.
Nuestros labios, luego,
Buscarán el sabor amargo de la distancia
Aprendiendo a recorrer
Los vacíos
Y a llenarlos de esperanzas sin esperas,
Matizarlos de gritos de gaviotas,
Doblegar cuervos
Disfrazándolos de palabras
Diversas que fructifiquen amparos
Más acá de fronteras imposibles.
Y sabremos
Que el fuego, el mar, el viento y la añoranza
Son solo oasis
Donde perpetuar las caricias
Que las gaviotas van gritando
Por el aire…