Diente por diente

Anai por Anai
El cínico médico clínico
Porta entre sus petates
Los ojos mojados sin rostro
Que le desprendió con su bisturí de bolsillo
Al obrero plomero
Que acaba de caer del piso noventa y nueve
De las Menem Towers en la Quinta Avenida y Clinton
Obviamente Anillaco City ex NewYork
Cuidadoso de su tesoro compra hielo seco
Al ex combatiente de Vietnam
Que vende helados con forma de misiles
Y crack en corazones envueltos en celofán rosado
En la clínica antisísmica, hoy es día de abortos
Pero también de transplantes clandestinos
Cirugías de penes y otras excrecencias.
María Concha de las Guadalupes Sierra
Hija del último traidor cubano, aguarda en el quirófano “C”
Ella nunca pudo ver con libertad
La cara de su padre que no la ha reconocido
Y que observa la cirugía detrás de un vidrio espejado
Acostumbrado a tales rituales.
Cuidado, algo grave ocurre
Los ojos no son compatibles con ella
Mucho hambre, muchas lágrimas, mucha sangre,
En realidad a María Concha de las Guadalupes Sierra
Nunca le interesó ver la cara de nadie
Entonces para qué? Y con el botín, que harán con él?
El traidor se relame los labios
Extraña el sabor humano, manjares en Manhatan,
Los médicos se apiadan, se vuelven piadosos, se misericordian
Y el instrumentador ciego,
Ciego como todos los asistentes a estas operaciones
Está a un costado de la camilla, silente, y recibirá el obsequio,
No da crédito a lo que no ven sus ojos
Será sencillo le dice, le dice el cirujano
Firmarás aquí y allá, ahora, ya, y después, después te diremos.
Unos días más tarde, el día de acción de gracias y pavos rellenos
El operado se retira portando sus nuevos lentes negros
Tener solo un riñón no es importante, le explicaron, mearás menos.
La primera plana del diario La Habana
Anuncia la muerte del último traidor cubano
Cuando intentaban transplantarle el riñón
Sin poder impedir que se lo deglutiera de un bocado.
Se ríe el soldado cuando escucha al canillita
Y mientras tanto vende un corazón y otro y otro y otro
Y a veces vende un helado.


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Poema Diente por diente - Esteban Charpentier