Diciembre

Este poema es la trágica historia del olvido de un poema.

Brotaron sus palabras como voz que brotaba del sueño.

Bellas estrofas perdidas, inquietantes imágenes

Rezumando silencio, borradas como nombres

Escritos una tarde de estío en la arena y que la pleamar se llevó.

No hay espacio aquí para el desencanto

(Yo, como ese poema, también soy silencioso)

Tan sólo la reflexión, la terrible constatación

Del final de tantos, tantos versos,

Y la debilidad con que se asume lo inefable

Como un poso de pureza imposible,

Semejante a esos días en que el trastorno

Nos desvanece y algo interior,

Girando donde nada gira, grita ¿dónde estás?

Para que algo, igualmente interior, descubra

En la respuesta un umbral que nunca franquearemos,

Temerosos de hallar que las palabras son una cortina

De humo, fragmentos volátiles

Como vilanos en una tempestad.

¿Y si cerrara los ojos?

¿Y si dejara que el vacío llenase esta página

Como el agua los huecos de árboles desarraigados?

No, no es la palabra escrita sino la ausente

La que perdura. Y esa ausencia tiene una forma,

Y esa forma tiene un color, y ese color

Tiene, posiblemente, un destino.

Ahora es de noche y escribo.

Escribo caído en la trampa de la costumbre

Como una ave migratoria que, a ojos

De las otras, es sólo un bicho perdido,

Demasiado confuso para volar. Volar, errar

Detrás del agua sólo para constatar la sed

Y darle un rincón,

El mismo que a la forma que en el lecho

El pensamiento deja de un cuerpo inalcanzable.

Sí. Es de noche. Y escribo este poema.

Mañana, pájaro de alas rotas, narrará la historia

De otro poema sin existencia

Lo poseeré mientras surja.

Luego será, seré abandonado.

¿Cómo podría ser de otro modo?


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Poema Diciembre - Juan Ramón Mansilla