La genética del alma:
el destino.
Al más puro sentido clásico
regreso.
Me lleva el viento
y en esa circunstancia
se revuelcan también mis sentidos.
Hoy alcanzo a balbucear razones.
Pero más allá de las razones estoy
yo,
hoja del árbol de la vida
que ven pasar los perros y los puercos,
mis contemporáneos y mis enemigos.
Estoy de paso.
Incluso para mis propias ambiciones.
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