Siete duros al mes de peluquero:
Para calzarme nueve: las criadas,
Que necesito dos, no están pagadas,
Si no les doy cien reales en dinero.
Diez duros al bribón de mi casero:
Telas, plumas, caireles, arracadas,
Blondas, medias; hechuras y puntadas
De madama Burlet, y del platero,
Noventa duros, poco más. – Noventa,
Diez, siete, nueve, cinco… ¿Y la comida?
-Yo la quiero pagar, y somos cuatro.
-¿Y esto en un mes?-Si a usted no le contenta…
-Sí, calla. – Bien. ¡Hermosa de mi vida!…
¡Ay! del que tiene amor en el teatro!