Quiero volver a Córdoba,
dos fechas, lugares de un mismo cuerpo.
Entiérrenme en la Mezquita,
ese encantado cementerio
de almas y palmeras.
No me lloren.
Ya lágrimas de sol
reverdecen las capillas negras.
Paseen en mi reposo
cristiano y musulmán
al lado de la Judería.
Vengan de todas partes
a donde yo mismo fuera.
Los recibiré en una luz
de esta poesía de piedra
que canta espaciosamente
estrofa sobre estrofa.
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