Insta Dido otra vez, Ana presente,
Al huésped frigio que en silencio adora,
A que la fuga de Sinón traidora,
Y el incendio de Pérgamo la cuente.
Él, otra vez, de la enemiga gente
El falso voto y los ardides llora,
La cólera de Aquiles vengadora,
Héctor sin vida, y Hécuba doliente.
Pinta el horror de aquella última y triste
Noche, y en la sidonia, alta princesa,
Admiración, temor, piedad excita.
Y en tanto Amor, que a su regazo asiste,
De el dedo ebúrneo que anhelante besa,
El anillo nupcial sagaz la quita.
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