Al ausentarme, recuérdame con alegría.
nuestra dicha construida debe ser festejada.
Es que heredamos y tejimos amor, lo sabes,
y ese lazo nos hizo eternas, indestructibles.
Ríe, si, cuando recuerdes mi palabra afable,
mi mal genio y mis locas batallas literarias,
los pollos navideños en salsa de tomate
y aquel ardiente viaje hasta la Isla Martín Pérez.
Ríe, ríe… yo estaré junto a ti, como siempre.