Como el que enfermedad de muerte tiene,
Que está de su salud desconfiado,
Ni se puede alegrar del mal pasado,
Ni gozo entero haber del bien que viene;
Pensando en el morir, si se detiene,
Es porque el plazo cierto no ha llegado,
De cuya causa el mejorar de estado
Ni lo asegura ya, ni lo entretiene;
Tal el triste Vandalio en la estrecheza,
Envuelto en un temor con mil temores,
A la bella Amarílida decía:
“Poca seguridad, menos firmeza,
No me dejan gozar vuestros favores;
Que un recelo mortal me los desvía.”