Cenote

Garganta que, azul, bebes el grito de los sacrificios,
Las vestiduras de las vírgenes: pétalos blancos
Destinados a un vientre de olvido,
A un sueño envuelto por algas.
Pozo cuya lengua es el misterio:
¿cómo puedes permanecer sereno ante la muerte?
Yo sé: la diosa de las aguas
Nos mira a través de ti. Sus ojos de abismo intacto eres,
Aun bajo las lágrimas del cielo
Que se quiebran sin penetrarte.
Pero soy yo quien llora,
Y mis lágrimas no esconden su calor
Nacido de humano corazón
Y no del corazón del cielo – frío aliento,
Rocío que las estrellas desprenden.
Mortal de mí, que he visto hoy al sacerdote
Precipitar a la más bella de las jóvenes.
Veo tu serena majestad, y me maravillo
De cómo pudiste conservarla


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Poema Cenote - Javier Alas