Era un pececillo rabicorto y callado
Buscador de piratas y cofres de marfil
Que los peces barbados
Depositaban de noche en sus escamas.
Conformaban su mundo piedrecillas redondas,
Un pequeño jardín alfombrado de erizos,
Caballitos de mar y ermitaños cangrejos
Que ella misma cuidaba con esmero.
Era un pez muy pacífico
Capaz de convivir con otra especie
Pero muy poco dado a dejarse capturar
O a quedarse cautivo.