Aquí, esperando la gusanada,
En este tierrero,
Rodeado de huesos y
Pellejo comido.
He amputado mi lengua,
Mi músculo débil, sinuoso;
Los ojos se derriten
Con toda visión no vista
Y tres metros sepáranme
Del perro que caga el pasto.
Voy adonde no estoy,
Me siento inaudible,
Arratonado, sepulto en este silencio
Que remolina gusanos.
Suben a consumirme,
Se dan la grande, me recorren,
Me cavan túneles.