Amarillando los rezos

Es una arena
Una polución infame
Monitoreante paquidermo
Decantado silencio
Paludismo e histeria
Reflexivo y convexo
Todo un catarro abismal de penumbra
Tu cuerpo marrón
Tu cuerpo grito
suburbio
trueno
Fijación del agua
Maduración del hipocampo
El hipocondrio
La hipótesis perfecta
La caída sucia
La manzana impuesta
El ardor encomiable
Esas várices terrosas
ahí habito
Dentro de tu manto candoroso
Dentro de tus higos
Colgado de tus traumas
vigilante
victimante
victorioso suicida
Empedernido
Empotrado
Damnificado en tu ausencia.
Ya no habito
En la cordillera lunar que te propones
Que te sitúa adentro de los robles
En el ecuador de la calumnia
Ahí
Encimada
Reconocida
Avientrelazada
Maniqueísta
Silenciadora
Paraguafista
Reveladora
Todo un ser aindiado de comercio
De ser profetizante raciocinio.
Mira mis manos tómalas
Corróelas correlaciónalas
Contemporalízalas
Pandemonizáralas.
Entigrecido me habito
Como un hábito lunar ecuestre
En que sacias mi flexible y coaccionante caricia
A tus témpanos
A todos tus tuétanos
A tus tótemes tus tertulias tus telurias
A tus tétricas serpientes de espinazo:
Yo que te amo amarillando
Amarillante amor de amo y guerrillero
Amarillando los rezos en que me brotas
Terroritista
en que me sacias
me precipitas
Así
Amarillantes ojos
Amarillados dientes
toda tú
En el amarillo de la aurora
Me recibes.


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Poema Amarillando los rezos - Adán Echeverría