AlegorÍa

LA nieve cae sobre Europa y abre sus fronteras tan un raro lunatismo. hará florecer en el arma del vigilante, a copos, la negra savia que la alimenta.

Yo creía – perdonadme – que la nieve caía muda e e inútilmente, muda e inútilmente, escasa para igualarlo todo. Los grandes pecados asomarían como montañas.

Aún digo que será menos fuerte que los hombres sembrando a manos llenas su triste pureza. Y que el mundo en principio fue una bola de nieve.

Mientras cae infinito sobre el plan de batalla, Dios nos haga fuertes en la hora de apuntar a la cabeza del hermano.

Cae tanto infinito que nos cubre y desborda los sueños de los que somos tan pequeños.

Preparo el arma y sueño que un sol ardiente ahoga todas las aves como si fuera un mar profundo.

Disparo el arma y veo que mi hermano patina colina abajo sobre su sangre y coronado de floridos días.

Descanso el arma y pienso: Siempre donde estuvimos queda una sima que la nieve no sabe tapar.

Reza Europa. Y la tierra, al girar, se envuelve en palabras santas; las diluye y suaviza sus aristas contra ellas.

La nieve cae, fantasma de un llanto imposible, y cubre las palabras santas, y las aristas del mundo, y la sangre patinada.


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Poema AlegorÍa - Luis Álvarez Piñer