Ahora que de nuevo nos envuelve el Invierno
Enemigo de los vagos y los ebrios,
El viento los arrastra como a las hojas del diario de la tarde
Y los deja fuera de las Hospederías,
Los hace entrar a escondidas a dormir hasta en los confesionarios.
Conozco esas madrugadas
Donde buscas a un desconocido y un conocido te busca
Sin que nadie llegue a encontrarse
Y los radiopatrullas aúllan amenazantes
Y el Teniente de Guardia espera con su bigotito de aprendiz de nazi
A quienes sufrirán la resaca por no pagar la multa.
Ahora que de nuevo nos envuelve el Invierno
Pienso en escribir
Sobre los areneros amenazados por la creciente
Sobre un reo meditabundo
Que va silbando una canción,
Sobre las calles del barrio
Donde los muchachos hostiles al forastero buscan las monedas para el flipper
Y los dueños del almacén de la esquina
Esperan entumecidos al último cliente,
Mientras en el clandestino
Los parroquianos no terminan nunca su partida de dominó.
Ahora que de nuevo nos envuelve el Invierno
Pienso que debe estar lloviendo en la Frontera.
Sobre los castillos de madera,
Sobre los perros encadenados,
Sobre los últimos trenes al ramal.
Y vivo de nuevo
Junto a Pan de Knunt Hamsun lleno de fría luz nórdica y exactos gritos de aves
Acuáticas,
Veo a Block errando por San Peterburgo contemplado por el jinete de Bronce
Y saludo a Sharp, a Dampier y a Ringrose jugándose en Juan Fernández el botín
Robado en la
Serena.
Me han llegado Poemas de amigos de provincia
Hablando de una gaviota muerta sobre el techo de la casa
Del rincón más oscuro de una estrella lejana
De navíos roncos de mojarse los dedos.
Y pienso frente a una chimenea que no encenderé
En largas conversaciones junto a las cocinas económicas
Y en los hermanos despojados de sus casas y dispersos por todo el mundo huyendo
De los
Ogros
Esos hermanos que han llegado a ser mis hermanos
Y ahora espero para encender el fuego.