Escribo estos versos a los tantos días
De un mes de invierno
Del año dos mil y algo
Mientras Sábato pergeña su último relato de amarguras
y Japón desaparece definitivamente
aplastado por un sismógrafo ruso
Y ahí lo tenés al tipo
Despojado de alabanzas y mesuras
Como quien te dice con un gesto
“tomá y hacelo”
sentado en el café
jugando con las estrellas en la mesa
dibujando en sus formas
la constelación del abasto
bizarra como su universo.
Ahí lo tenés
Jugando
Jugando a ser de nuevo el hombre perinola
Inventando una acrobacia de recuerdos
Con platos chinos
En la luna, como quien dice… la luna negra
Así por sobre el hombro
me le asomo
tiene en los ojos una manifestación de pobreros
que le piquetean las palabras
para nublarles la página
amarilla de pasiones.
Allí ha puesto lo que sigue
“Te escribo con alabastros en el suelo
una pregunta que te debía hace tanto
y que repite a cada rato mi cerebro
¿ es este el ceilo o el infierno?
No me contestes por favor
Estoy fingiéndote en estos días
de un mes de invierno
del año dos mil y algo
mientras…