El mayor bien de quereros
es querer un no quererme,
pues procurar de perderos
será perder el perderme.
No porque perdiendo’s gano
lo que lastimó el perder,
mas mi buen servir en vano
morirá, muerto el querer.
Assí que, viendo el no veros,
no será visto el no verme,
pues procurar de perderos
será perder el perderme.