Ese espléndido encaje de terrores lujosos,
Esa trágica risa que viste en los días
Sobre hombres y cosas, no abandonó
El mundo contigo, Marcel Schwob.
Evocarte es una tarde en tus libros, mía,
Y una noche de escritorio, tuya:
El tiempo, que es el mismo, confunde oscuridades.
Nadie descubre nada, tan sólo desentierra
Secretos olvidados, verdades descartadas.
¿Ves? Esta es la mujer que amo:
No ha leído tu Monelle que es su hermana,
No conoce tus Vidas y como la de todos,
La suya es imaginaria.
Sus horas completan mis tardes, tus palabras.
Entre nosotros tres hemos pactado:
Ninguno sabe qué, cómo ni cuándo.